Estas dos novelas forman la Saga de los Cheela. Y de este nombre ya podemos aventurar que se trata de unas novelitas con LGM dando la lata. Y, bueno así es. La diferencia con el resto de las usuales novelas de SciFy es que estos son creíbles. Y es que estamos ante ciencia ficción Hard. Aquí vamos a ver cosas con bastantes posibilidades de poder pasar de esta manera. Nada de suspender demasiado la credibilidad.
La premisa de partida de esta historia dividida en dos es el acercamiento a la Tierra de una estrella de neutrones. Aquí es donde cualquier otro autor del genero desbarraría llenando el planeta de terremotos, olas gigantes y muchas mas plagas de las que el dios de Abraham imagino. Me temo que no. La estrella pasara cerca, pero lo suficientemente lejos como para que no nos pase nada, salvo que nos entra mucha curiosidad por mandar una nave a estudiarla de cerca.
Lo chulo empieza aquí, puesto que la nave va a encontrar una especie inteligente adaptada a la vida en una estrella de neutrones. Eso implica un concepto radicalmente distinto del tiempo entre ambas. Mientras que los humanos ven pasar el tiempo al ritmo normal, para los cheela (que son los LGM) todo va mucho mas deprisa. Así que los humanos ven pasar a los cheela desde su prehistoria hasta alcanzar su propio nivel técnico, y aun les superaran. Todo debido al tiempo relativo entre ambas civilizaciones.
Sobre todo eso se va a construir la trama y la historia. No contare cosas sobre ella porque no me gusta destripar. Lo que si puedo decir es que resulta apasionante ver como la raza de los cheela se desarrolla. Vamos a comprobar como pasan por varios estadios, y como siempre pasa en este genero, vamos a ver frecuentes paralelismos entre ellos y nosotros.
Yo la recomiendo con agrado. Es una novela por encima de la media del genero. Su vertiente Hard no dificulta su lectura, que ya sabemos que por ponerse tiquis miquis con la ciencia, los escritores de ScyFi pueden llegar a resultar pesadisimos. Este no es el caso. Robert L. Forward sabe llevar las riendas del relato introduciendo lo científico como al que se le cae un cubierto de la mesa. Es accesorio a la historia, practicamente el mcguffin. Una pareja de novelas muy apreciables que no deberían faltar en la librería (o memoria flash) de los aficionados al genero.
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